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Patricia Alcubilla: «El Camino a vela enriquece la calidad humana de los peregrinos»

«Creo que no existe un plan que reúna tantas cosas», explica la coordinadora de la iniciativa

El puerto de la Rochelle será el 24 de junio el punto de salida de una experiencia que promete ser inolvidable: hacer el Camino de Santiago a Vela. Una propuesta que nació hace siete años y que busca volver al origen de esta histórica ruta que se vuelve más sostenible que nunca y que, además, se encuentra incorporada en la Credencial Oficial de la Oficina del Peregrino.

Además, es la travesía más fiel al Camino primigenio en sus etapas finales que discurren por el entorno de la Ría de Arousa, recorriendo el mismo trayecto que siguieron los restos del Apóstol según la tradición.

Patricia Alcubilla (Burgos, 1976) es la coordinadora de la travesía «El camino a vela» desde la IV edición en 2019. Con ella hablamos para que nos dé todos los detalles de esta original propuesta.

PREGUNTA. ¿Qué caracteriza esta peregrinación frente a la tradicional a pie?

RESPUESTA. “El Camino a vela” se hace por mar, esta es su singularidad y la diferencia con otras formas de hacer el camino a pie, en bicicleta, en silla de ruedas o a caballo. Es una de las travesías pioneras en realizar el Camino de Santiago navegando a vela, a la que han seguido otras iniciativas, con singladuras diferentes, coincidentes con nuestra Travesía en determinados tramos. 

Otra de sus peculiaridades es que se celebra en verano, cuando las condiciones del mar en la costa norte, por donde transcurre, son más favorables. Pero sobre todo es una forma de hacer el Camino en la que la convivencia entre el conjunto de peregrinos por mar que conformamos cada año la Travesía es esencial.

Tengo que decir que en estos seis años que llevamos realizando El Camino a vela, hemos creado un vínculo social y un compañerismo excelentes. Hay que tener en cuenta que en cada velero que se une a la flota convivimos, durante días, un grupo amplio de personas y todos tenemos que participar en las tareas propias de la tripulación de un velero bajo el mando del capitán. 

Es una experiencia en la que se aprende muchísimo sobre la navegación a vela, que requiere dotes sociales para enriquecer esa convivencia y que enriquece también la calidad humana de los peregrinos, además de disfrutar con las actividades culturales, gastronómicas… que nos ofrecen las localidades por las que discurre la travesía y en las que recalamos para descansar. 

P. ¿Cuál es el objetivo principal que perseguís con esta bonita iniciativa?

R. “El Camino a vela” es una experiencia de turismo náutico sostenible puesta en marcha por NorthMarinas (la asociación que aglutina a los puertos y marinas deportivas del norte de España) en 2016 con el apoyo institucional de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas, la patronal náutica nacional. La Travesía nació con el objetivo de promocionar la navegación a vela en el norte de España, desarrollando una experiencia que combina la náutica de recreo con el turismo cultural y el legado histórico que supone el Camino de Santiago. El espíritu de la peregrinación es la base de esta experiencia.

P. El Camino a vela nace hace siete años, ¿cómo ha sido su evolución?

R. Muy positiva, vamos a por la séptima Travesía consecutiva desde 2016 y cada año hemos ido creciendo como experiencia, hemos ido sumando apoyos, tanto institucionales como de entidades privadas, y atrayendo nuevos navegantes en cada edición. 

Realmente es un orgullo para quienes conformamos la organización mirar atrás, cuando comenzamos, y ver que este año retomamos su faceta internacional, al partir del puerto de La Rochelle –el próximo 24 de junio– que se vio interrumpida por la pandemia.

Otro indicativo de la consolidación de El Camino a vela como experiencia de turismo náutico de referencia es el reclamo por parte de las localidades que quieren acoger a los peregrinos por mar, que son más en cada edición. Este año la travesía se prolonga, durará tres semanas frente a las dos de ediciones anteriores y haremos 16 etapas de navegación, para recorrer y hacer parada en nuevos puertos que quieren acogernos y en más localidades que nos brindarán su hospitalidad. 

P. Un Camino tan diferente que no se vio afectado por el COVID, ¿es así?

R. El Camino a vela no ha dejado de celebrarse durante los dos años (2020 y 2021) de restricciones de movilidad y distancia social exigidas por las autoridades sanitarias durante la pandemia. Las razones son obvias, en cuanto a que es una actividad que se realiza al aire libre, en grupos burbuja y, por supuesto, cumpliendo con todas las medidas de seguridad e higiene requeridas. Son condiciones comunes a las actividades vinculadas al turismo náutico, que durante los dos últimos años ha sido una de las opciones de ocio más demandadas, precisamente por las condiciones que comentaba de realizarse en la naturaleza, en un entorno tan abierto como es el mar. 

P. El camino empezará fuerte, desde La Rochelle. ¿Por qué habéis decidido salir desde ahí?

R. El Camino a vela tiene su faceta internacional sobre todo representada en un tramo del Camino francés, ya que en nuestro país vecino confluyen dos de los pilares de la Travesía por mar: la afición a la vela en la costa de la Bretaña francesa y la tradición del Camino de Santiago. En la edición de 2019, ya partimos del puerto de la Rochelle, esta etapa, hasta entrar en el litoral español, quedó suspendida por la pandemia en las dos ediciones siguientes de 2020 y 2021.

Este año hemos podido recuperar esta etapa inicial. La Rochelle es uno de los grandes puertos europeos de referencia para la navegación a vela y tenemos un buen número de peregrinos por mar, navegantes franceses de esta zona, que navegan en el norte de España y están encantados de volver a unirse a la flota de El Camino a vela. 

La zona de navegación desde La Rochelle hasta entrar en aguas españolas es excepcional, es cierto que es la etapa más difícil sobre todo porque no hay ningún puerto de abrigo. Es un tramo duro porque viene todo el mar del oeste y del noroeste y te pega contra las Landas, que son zonas de poca profundidad y se forman olas grandes. Sin embargo, los navegantes que salen desde La Rochelle son buenos navegantes, con experiencia, y que disfrutan del reto de atravesar el golfo de Vizcaya; un reto que en flotilla, como vamos nosotros, el peregrino se siente seguro y acompañado.

P. Un año en el que este Camino a vela quiere homenajear el V Centenario de la primera vuelta al mundo Magallanes-Elcano. ¿Cómo lo vais a hacer?

R. En la Travesía de este año van a tener especial protagonismo dos etapas de navegación con paradas en los puertos de Getaria y Bermeo, las localidades que vieron nacer a Elcano y a su contramaestre Acurio, respectivamente, insignes navegantes que realizaron la primera vuelta al mundo por mar y que consiguieron volver. Toda una gesta a la que se le debe prestar la debida atención y que con todo orgullo debemos reivindicar.

P. 16 etapas de navegación a vela, cinco más que en anteriores ediciones. ¿Está el Camino a Vela en su mejor momento?

R. Diría que sí. Hemos conseguido el respaldo y la involucración de Turespaña que, desde el año pasado, apoya el Camino a vela como iniciativa de turismo náutico para impulsar la costa norte española como «destino náutico marca España» en el exterior.

Diferentes oficinas de Turespaña en Europa organizaron en colaboración con ANEN, en 2021, y lo harán también este año, misiones inversas enviando a periodistas, influencers y blogueros internacionales especializados en turismo (Francia, Holanda, Reino Unido, Irlanda, Dinamarca, Suecia, Italia…) a embarcarse en la Travesía con nosotros y contar la experiencia en los medios con los que colaboran.

Y lo más importante, los peregrinos por mar, que este año esperamos formen parte de la flota más numerosa en la que ya hay confirmados 30 barcos, de los que el 50% son franceses

P. Un último mensaje para todos aquellos que no se atrevan a dar el paso de hacer el Camino de esta manera tan original…

R. Esta forma de hacer el Camino es una auténtica maravilla por la experiencia de la peregrinación, por la vida a bordo y por los paisajes tan increíbles que tenemos el privilegio de admirar desde el mar. Creo que no tiene precio descubrir San Juan de Gaztelugatxe desde esta perspectiva tan espectacular, es un momento sobrecogedor de belleza, por no mencionar el paso por la bahía de Santander con los picos de Europa detrás, tan cerca que parece que puedes tocarlos.

Las costas asturianas y su verde que no se olvida y, entrando en Galicia, el paso por Finisterre donde todo se hace pequeño a nuestro alrededor y hasta el silencio es pura magia. La Costa da Morte y Muxía, las rías de Muros, la ría de Arousa llena de rincones increíbles. Y, para terminar, remontar el río Ulla siguiendo la estela del cuerpo del Apostal para desembarcar y llegar andando a destino.

Nos esperan Santiago y su Plaza del Obradoiro, en la que las emociones brotan tan intensamente y de una forma tan especial como las de cualquier peregrino… sinceramente creo que no existe un plan que reúna tantas cosas. Animo a todo el mundo que le guste coquetear con la aventura a que lo pruebe, no lo olvidarán, palabra de peregrina por mar.

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