
Con siete años dio sus primeros pasos navegando y ahora es el nexo de unión que engrana a la vela española con la Federación Internacional de Vela. Ferran Muniesa (Palma de Mallorca, 1983) es el director técnico del Trofeo Princesa Sofía que se ha celebrado del 1 al 9 de abril en Mallorca, pero cuenta ya con una trayectoria consolidada en el campeonato, del que ha sido su director durante los últimos diez años. Además, desde 2009 es el «capitán de barco» del Club Nàutic S’Arenal, tratando de unir el mundo náutico y deportivo con la sostenibilidad.
Hablamos con él, recién finalizada la Copa Princesa Sofía para hacer balance de una competición que regresa tras el parón por la pandemia: «Volver después de estos años ha sido muy positivo, con un balance superbueno», recalca.
Admite que la gente «está muy contenta, el viento nos ha acompañado mucho y hemos podido hacer una vuelta a lo grande porque hemos podido cumplir el programa al 100%, que en vela y con tantas clases es un poco complicado». Podría decirse, que el resumen sería muy positivo: «Hemos vuelto al máximo nivel tal cual lo dejamos antes de la pandemia», señala.
Viendo de lo que Mallorca es capaz, ¿por qué no soñar con una Copa América de Vela como la que en 2024 acogerá Barcelona? «Soñarlo», dice Muniesa, «por supuesto, pero creo que es difícil porque se tienen que dar muchas circunstancias que lo impulsen, pero para Mallorca sería increíble».
Otra de las ilusiones que pasan por su cabeza es que la isla sea «sede de vela de unos Juegos Olímpicos, sería su máximo esplendor a nivel deportivo pudiendo enseñar la bahía que todo el mundo conoce y disfruta».
Una positiva mirada al futuro que no solo se da tras la finalización de esta Copa, sino que se extiende al resto de temporada náutica, que tiene en la primavera y el verano su gran aliado. «Se presenta muy bien. El año pasado con la salida de la pandemia ya tuvimos una salida en verano bastante bueno, a pesar de las restricciones que había en ese momento».
Ahora, recalca, «notamos la sensación de que la gente está muy por la labor de los deportes náuticos, ya sea en cualquier forma, en la que se lo puedan permitir o en la que se sientan más cómodos: o sea, siendo propietarios, compartiendo, alquilando… de cualquier forma».
Ver el vaso medio lleno es gracias a saber que ahora «hay más demanda. La gente entiende que el mar es algo que te aporta mucho. Además, te ayuda a estar en un estado mental de relajación y eso la gente cuanto más lo prueba más le gusta».
Cuando le preguntamos por su siguiente reto, no tarda en nombrar la palabra sostenibilidad: «Creo que es muy importante que Baleares siga apostando por la calidad y la sostenibilidad porque sin ella no podremos seguir siendo líderes en cuanto al turismo, náutico y no náutico. Es muy importante que interioricemos que sin esa sostenibilidad y sin mirar al medio ambiente no hay futuro».
Por ello, busca mirar hacia ser referente no solo en lo deportivo, también en lo social. Su convencimiento hacia ese camino, explica, va hacia «reducir el impacto que tenemos en el mar y en tierra. Ahí, los clubes náuticos como puerta hacia el mar deben jugar obligatoriamente un papel muy importante. Si nosotros no somos los primeros que apostamos muy fuerte por ese respeto al medio marino, mal asunto».