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Bitácora

James Cameron estrena un nuevo documental sobre el hundimiento del Titanic

‘Titanic: 25 Years Later With James Cameron’ se estrenó el pasado domingo en Estados Unidos en National Geographic. En mayo llegará a España

No le ha ido nada mal a James Cameron como director cinematográfico. Con Titanic, en 1997, logró uno de los pelotazos en taquilla más grandes de la historia, y Avatar, en 2009, repitió éxitos, así que no ha tenido necesidad de dirigir más películas en veinticinco años. Esa pareja de títulos, que son en realidad ases triples, porque él era director, pero también productor y guionista de las películas, vuelve a estar de plena actualidad en el momento actual.

Al aún reciente estreno de Avatar 2 –que está a punto de superar los 3.000 millones de dólares de recaudación en todo el mundo– le ha seguido el reestreno en España este viernes 10 de febrero de Titanic en la cartelera española (¡en 54 cines de todo el país!), pero hay más: el pasado domingo se estrenó en el canal National Geographic de Estados Unidos Titanic: 25 Years Later with James Cameron, un documental que revive algunos de los flecos que quedaron colgando en otro documental anterior, Misterios del Titanic, rodado en 2001, pero estrenado en 2003, es decir, hace veinte años. 

En ese primer documental Cameron y un grupo de científicos organizaron una expedición al lugar en el que naufragó el RMS Titanic y se sumergieron en pequeños submarinos rusos para localizar los restos del transatlántico y lograr imágenes más detalladas que nunca. Con la ayuda de dos pequeños vehículos teledirigidos se pudo ver el interior del Titanic y, con la ayuda de imágenes generadas por ordenador, comparar el aspecto original del barco superpuesto a las imágenes de la inmersión.

El nuevo documental, que no se podrá ver en España hasta mayo, es diferente, pero podemos ir desvelando ya algunas de sus claves. En primer lugar, el objetivo no es que sea menos científico, sino que es algo más morboso y ha querido dar respuesta a las teorías elaboradas a lo largo de todos estos años por los fans de la película de 1997 y, sobre todo, a una de las preguntas recurrentes: ¿por qué no se salvó Jack Dawson (Leonardo DiCaprio, si –como dicen los conspiranoicos– cabía perfectamente sobre la puerta flotante a la que sí se subió su amada Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet) y su peso no habría hundido el tablón?

En realidad, a Cameron no le preocupaban en absoluto las conjeturas de unos cuantos idiotas con tiempo libre. Él, que se atrevió a meterse en un sumergible que le llevó al fondo de la Fosa de las Marianas (y, de paso, hacerlo el suficiente tiempo como para descubrir tres nuevas especies de criaturas marinas), no tenía que rebatirle nada a nadie, pero las dudas de los fantasiosos sí le hicieron plantearse si había representado correctamente el hundimiento del barco. Y, ya puestos, responder a la pregunta de si se habrían salvado más vidas si el barco hubiera tenido botes salvavidas adicionales.

Sobre esto último, para no destripar el documental, no decimos nada…, salvo que con el equipo de científicos que ha reunido, construyó un bote salvavidas y aparejos a escala para averiguarlo, igual que una serie de exigentes experimentos para dictaminar si su descripción de cómo se hundió el barco era la correcta.

Lo importante del asunto que se aborda en el nuevo documental no es, ni mucho menos, si Jack podría haber sobrevivido o no. Pero como ha debido sentirse harto de escuchar o leer especulaciones a cual más absurda, quiso también averiguar si estaba en lo cierto con el final de película que él plantó. 

Así, Cameron, en colaboración con los científicos y dos dobles (Josh Bird y Kristine Zipfel) de la misma altura, edad y peso que los personajes de DiCaprio y Winslet y se dedicó a realizar experimentos para recrear lo que se supone que vivió la pareja la fatídica noche en que se hundió el Titanic, así como las soluciones que se podrían haber intentado. Para probar la teoría de si Jack podría haber sobrevivido si ambos hubieran subido a la balsa, Cameron también trabajó en el laboratorio de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, con Jim Cotter, doctor en Fisiología Ambiental por la Universidad de Wollongong, que ha trabajado como investigador científico en la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología para la Defensa y ha investigado la tolerancia y adaptación humanas en condiciones ambientales adversas, entre otras, el estudio de los efectos del frío sobre el cuerpo humano.

Junto con Cameron y el resto del equipo, el Dr. Cotter creó una réplica exacta de la tabla de la película, hasta el grado de flotabilidad que se ve en la película, e introdujo la tabla y a los dobles en un tanque gigante de agua a 10°C de temperatura y los expuso a una posible hipotermia, filmando todo el tiempo sus sensaciones, controlando en todo momento su temperatura corporal y explorando resultados alternativos para averiguar si era posible que Jack hubiera sobrevivido.

Los resultados que se describen en el documental fueron ciertamente sorprendentes (no decimos más) y la dedicación de Cameron a demostrar que los detractores estaban equivocados demuestra que está entregado a su oficio, como cuando ordena cronometrar cada paso para la preparación de los botes de rescate. En el documental se llegan a ver momentos angustiosos y de tensión. Se ve, incluso, como Cameron pierde los nervios en alguna ocasión.

Cameron nos recuerda que 1.500 personas de carne y hueso murieron en aquel naufragio y también dice varias veces que es imposible demostrar lo que ocurrió realmente. Sólo puede probar lo que podría haber ocurrido y ha dedicado una buena cantidad de dinero para satisfacer su curiosidad. El documental llegará a España en mayo, pero en marzo se podrá ver internacionalmente en la plataforma Hulu.

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