Érase una vez una historia real hecha libro. Esta semana, Nautik Magazine destaca en su biblioteca particular la publicación «Perdidos en el Ártico» (Ediciones del viento). Una historia que parte en 1910, cuando el famoso explorador danés Ejnar Mikkelsen decidió emprender un viaje en busca de los diarios de la malograda expedición de Mylius-Erichsen (que había partido para probar que el trazado de Robert Peary de la costa este de Groenlandia era una fantasía).
Una aventura a la que se unió en Islandia el mecánico Iver Inversen, lugar donde la embarcación tuvo que ser reparada. Varios meses más tarde, Mikkelsen e Inversen se embarcaron en un viaje a lo largo del que iban a padecer el frío implacable del ártico, sumado al escorbuto, hambre, congelación, ceguera de la nieve, caídas en agua helada, envenenamiento por vitamina A, perros que morían de hambre, tormentas apocalípticas, grietas enormes y un buen surtido de sufrimientos físicos.
Se mantuvieron tres años sin apenas esperanza de rescate, pero ambos mantuvieron la cordura y el sentido del humor durante todo el tiempo. Una publicación que es todo un clásico de la supervivencia ártica y una notable historia de compañerismo frente a la adversidad.
Precisamente este año ha sido llevada al cine por Peter Flinth con Nikolaj Coster-Waldau en el papel del capitán Ejnar Mikkelsen y Joe Cole, que interpreta al maquinista naval Iver Iversen. El libro que hoy os mostramos ha sido traducido por Blanca Ortiz Ostalé.
Ejnar Mikkelsen, todo un aventurero
Ejnar Mikkelsen (Jutlandia 1880-Copenague 1970) fue un explorador ártico danés. Participó en la expedición de 1900 a la Tierra de Christian, en la costa oriental de Groenlandia y en la de Baldwin-Ziegler al Polo Norte (1902). En 1906-07 junto con Ernest Koven Leffingwell organiza la Expedición Polar Anglo-Americana, en la que pierden el barco y se ven obligados a pasar el invierno en la isla de Flaxman (Alaska).
Su expedición más famosa sería la que organiza para recuperar los diarios de la expedición de Mylius-Erichsen, de la que no había habido supervivientes y que se relatan en «Perdidos en el Ártico».