Es la travesía oceánica en solitario más importante del mundo, con un recorrido de 3.542 millas náuticas (6.363 km), y ya está en marcha. Hablamos de la Ruta del Ron, que realiza la ruta entre Saint-Malo (Francia) y Pointe a Pitre (Guadalupe), reuniendo a 138 embarcaciones de 14 países.
En ella participa el navegante español Alex Pella… pero haciendo un trabajo muy diferente al que está acostumbrado. Junto a Lalou Rocayrol, director del equipo Arkema, realizarán el rutaje para Quentin Vlaminck, que navegará en solitario a bordo del Arkema. La prueba ha reunido a 138 embarcaciones de 14 países.
Hasta que Quentin Vlaminck llegue a Guadalupe, Alex y Lalou trabajarán a bordo del Galvana, en Marina Dénia, dónde han instalado la base de operaciones. «Nuestro trabajo consiste en escoger la mejor trayectoria, según el análisis de la meteorología y del resto de embarcaciones participantes», señala Alex Pella.
Igualmente, recalca que es un trabajo «que tiene gran responsabilidad ya que hay que tomar decisiones rápidas. El rutaje solo se permite en las clases de los barcos que navegan muy rápido, es decir, los multicascos, para ayudar a los patrones que van en solitario y, así, que solo tengan que estar pendientes de la navegación y no tanto del trabajo de mesa de cartas».
En 2014, Alex Pella hizo historia al convertirse en el primer español en ganar la Ruta del Ron, batiendo el récord de la travesía en Class 40, con 16 días, 17 horas, 47 minutos y 8 segundos. El español es navegante oceánico profesional y especialista en grandes récords, regatas en solitario y con tripulación reducida.
Actualmente está considerado como uno de los mejores navegantes oceánicos del mundo, habiendo acumulado en los últimos veinte años, más de 400.000 millas náuticas, más de 50 cruces de Atlántico, 25 cruces del Ecuador y 3 circunnavegaciones completas, en todo tipo de embarcaciones (monocascos y multicascos).
Una Ruta con mucha historia
Creada en 1978 por Michel Etevenon, la Ruta del Ron está considerada como la reina de las regatas transatlánticas en solitario. Desde hace 44 años, la regata une Saint-Malo en Bretaña con Pointe-à-Pitre en Guadalupe. Reúne a la mayor flota de regatas oceánicas de todos los niveles en la misma línea de salida. Este recorrido transatlántico, con una distancia total de 3.542 millas, se ha convertido en una leyenda, ya que su magia única radica en la variedad de clases y la mezcla de competidores. Algunos de los mejores regatistas en solitario del mundo de la vela, profesionales y aficionados, se reúnen cada 4 años para probar «la magia del Ron».
Ahora, la legendaria regata parte de nuevo, enfrentándose al Atlántico y atrayendo a una amplia masa de aficionados y seguidores.